La vida y Pippi
Aquí os muestro una valoración personal sobre el libro Pippi Calzaslargas, de mis años de universidad, en la cual relaciono la obra con la vida diaria.
Pippi me parece
una heroína quizá propia para libros de autoayuda donde se eleva
tanto la importancia de ser feliz y despreocuparse de vez en
cuando. Me
recuerda al padre moribundo que aparece en la película Big
Fish, pues ambos cuentan historias fantásticas, pintando de nuevo hechos aburridos o trágicos, para convertirlos en
alegres, emocionantes, que gustan de ser contados y son admirados. Aunque quizá en esta obra los que más imaginan
sean Tommy y Annika, si es que son ellos los que crean el
personaje de Pippi, pues habrían inventado en ese caso a
la niña y toda su vida anterior.
Por
otro lado, a mí también me hubiese gustado ser tan
valiente o fuerte como para defenderme de aquellos niños y
chicos que se metían conmigo en el colegio y en el
instituto, o al menos tener una defensora o defensor tan
buenos como Pippi. En
algún momento de nuestra vida, posiblemente, hemos
necesitado una Pippi que nos ayude a buscar y cumplir
nuestros sueños, corriendo riesgos y despreocupándonos de
que pueda salir mal. En algunos momentos hemos tenido
personas a nuestro alrededor que nos ayudaban de esa manera,
y en otras hemos sido nosotros mismos los que hemos actuado
como Pippi, quizá de forma algo insensata, pero logrando un
final feliz para esas situaciones. Me alegro por mi vida en
estos años de carrera porque, a pesar de haber pasado
momentos duros, he tenido otros de atrevimiento, algunos
incluso que me cuesta creer que los cumplí de verdad cuando
los recuerdo y que a veces parecen sueños. Satisfecha
también estoy por haber tenido algunas Pippis a mi
alrededor que me apoyasen, aunque fuese sólo por algunas
épocas.
Parece
que en varias valoraciones personales acabo relacionando el
libro con algo de mi vida, eso me gusta, y quizá me aporte
unos toques de Pippi: alegría y coraje.
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