Cambiando el pasado

   A menudo podemos caer en la tentación de lamentarnos por nuestro pasado y pensar de forma parcialmente errónea que no lo podemos cambiar. Es verdad que no podemos cambiar los hechos que ya han ocurrido, o al menos no qué sepamos en nuestro nivel de conocimiento actual. Sin embargo a veces eso no es necesario. Aquí os dejo información y otras alternativas a las que podemos recurrir:

1. El pasado se construye en el presente:

   Si quieres cambiar tu pasado empieza hoy a cambiarte a ti mismo. Si en tu pasado sólo hay recuerdos de cobardía, odio, aburrimiento, comienza hoy a llenar tu vida de coraje, haz las cosas aunque tengas miedo, ama sin parar y llena tu vida de actividades que te apasionen. Esas vivencias se almacenarán en tu memoria como los archivos se almacenan en tu ordenador o teléfono móvil. Cuando vuelvas al pasado a través de tu pensamiento, encontrarás nuevos recuerdos diferentes que quizá con el paso del tiempo lleguen a tener más peso que aquellos que no te llenaban de satisfacción.


2. Cambia la forma de interpretar tu pasado.

   Atrévete a romper paradigmas, a desprenderte de etiquetas, a inventar nuevos nombres para aquellas situaciones que no encajen en las clasificaciones ya establecidas. En el libro Un curso de milagros, hay dos frases correspondientes a dos lecciones que son éstas: Sólo veo el pasado y Parece que estoy pensando en (  ) pero mi mente está absorbida por pensamientos del pasado. Aunque parezca contradictorio o paradójico, estas frases pueden ayudarnos a renovar nuestra visión del pasado, pues esta visión a su vez, forma parte del pasado, es una interpretación antigua, desfasada, que puede no resultarnos útil en nuestro momento presente. Ahora es el momento de crear nuevas interpretaciones. De la misma forma que podemos crear nuevos recuerdos, como se dice en el primer apartado, podemos así crear nuevas formas de ver el mundo. El único que puede tomar esa decisión eres tú.


3. Conversa con otras personas sobre él.

   A menudo otras personas tienen una visión de las cosas que puede ser muy diferente a la nuestra. Elige personas que puedan ofrecerte una visión optimista y positiva. Pueden ser personas que compartan ese recuerdo contigo, lo cual podría aportarte una perspectiva más rica, o alguien que no hubiese estado en ese momento vivido, pero que esté dispuesto a darte su opinión. A veces los demás pueden ofrecernos cosas que jamás habíamos imaginado y que pueden sorprendernos gratamente.


4. El pasado también se inventa. 

   La mente a menudo no es capaz de recordar los sucesos al detalle y con el paso del tiempo tiende a decorar y rellenar los huecos vacíos con falsos recuerdos, como dice Rosa Montero en su libro La loca de la casa. Son en realidad imágenes inventadas que no llegaron a suceder pero que ayudan al cerebro a procesar la información retenida haciéndola más coherente y comprensible, como sucede a la hora de narrar un sueño, de esos que suceden mientras dormimos. Las emociones, además, participan en esta reinvención de experiencias en nuestra memoria, de forma que esos recuerdos se reconstruirán de una forma u otra dependiendo de nuestro estado anímico, que influye tanto a la hora de recordar como a la hora de memorizar, como dice el psicólogo Bernardo Stamateas en este vídeo. Así, todo nos parecerá más fácil y maravilloso cuando nos sentimos bien, eufóricos, alegres, o más difícil, tedioso o doloroso cuando sufrimos o estados desanimados.


   Así que ya lo sabéis, no deis muchas cosas por hechas porque la vida aún puede sorprendernos de muchas maneras. Que sigáis encontrando la belleza donde quiera que vayáis. 

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