No le pidas peras al olmo, pero si te da una buena sombra disfrútala

Hoy os traigo una reflexión acerca del amor y las relaciones sociales que he ido desarrollando a lo largo de mis experiencias.

A veces nos gusta alguien, estamos enamorados o sentimos una ferviente atracción por cierta persona. Solemos creer que el fin último con esa persona es que sea nuestra pareja. Incluso, sentimos el deseo de poseerla, ya que en el noviazgo existe a menudo  ese deseo de atadura, debido a una estrecha codependencia, al menos en el sistema de pareja monógama predominante en esta cultura. 


Yo no sé si eso de la dependencia y los celos es algo natural en nuestra biología o es algo que hemos aprendido a través de la cultura (o algo que nació en la cultura y con el tiempo formó parte de la evolución, modificando así la biología). Sin embargo, os animo a que olvidéis por un momento los nombres y etiquetas con respecto a las relaciones sociales. Puede ser que esa persona no desee ser tu pareja pero tenga algo distinto que ofrecerte, que puede ser mejor que lo que tú esperabas o deseabas de ella.

No te limites a creer que sabes qué es lo mejor que una persona puede darte. Simplemente disfruta y agradece lo que le sea posible y desee ofrecerte, quizá te sorprendas.


Si de todas formas crees que no puedes vivir con esa persona si no es de una forma en concreto, siempre estás a tiempo de dar media vuelta.

Es hora de romper paradigmas, cuestionarnos si queremos seguir limitándonos usando esos nombres para referirnos a las personas que nos rodean (amigo, pareja, etc) o si por el contrario estamos abiertos a nuevas modalidades, nombres o experiencias.

Por ejemplo, Albert Espinosa tiene un libro llamado El mundo amarillo (en el cual se inspira la serie Pulseras Rojas o Polseres Vermelles, en su versión original) que trata sobre "Los amarillos", los cuales son para él algo que está a medio camino entre amistad y relación de pareja (si mal no recuerdo, corregidme si me equivico). Ese tipo de relación no tiene ninguna duración concreta y lo único que importa es que son personas que marcan tu vida, que crean un antes y un después.

Te invito a que inventes tus propios términos, o que pases de etiquetas si eso "te va más". Recuerda:

No le pidas peras al olmo, pero si te da una buena sombra en un día de verano, aprovéchala.


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