La anécdota del teleférico y los cristales rotos

    Anoche tuve un sueño de apenas unos segundos. Unas sillas de un teleférico se acercaban a una zona de "estacionamiento" de las mismas. Y justo cuando éstas llegaron al lugar "¡PLASH!", oí como si una bombilla explotara, eso sí, una bombilla enorme. Lo primero que hice fue asustarme y pensar que quizá alguien quería robar y rompió el cristal del portón, para poder meter la mano y usando la manivela abrir. Enseguida otro ruído, como si alguien manipulase cristales, que parecía proceder del patio común de vecinos. Pude apreciar por una ventana abierta que un hombre parecía recoger dichos cristales y echarlos en una bolsa. Y es que desde mi ventana se ven las ventanas de otros edificios, muy al estilo de La ventana indiscreta, y sacan mi lado más cotilla. Me tranquilizó pensar que no estaba siendo víctima de un robo y me volví a dormir.


    Lo que me extraña es como mi sueño, de alguna forma, se sincronizó con ese ruido. Creo recordar que antes de ver las sillas del teleférico yo estaba teniendo otro sueño más elaborado y que en cierto momento se sustituyó la trama por una sillas voladoras que nada parecían tener que ver. Me impactó como el "aparcamiento" de la silla coincidió con la "explosión". Esto me recuerda a un vídeo que vi hace tiempo sobre un biólogo, que hablaba de las áreas del cerebro humano. Una de ellas era la zona reptiliana, que permaneció en nosotros como consecuencia de la evolución. Explicó que esa parte del cerebro sabía lo que iba pasar 10 segundos antes de que ocurriese ¿Será que mi esencia reptiliana predijo ese accidente y rápidamente reprodujo unas imágenes que le parecieron acordes? No lo sé, pero aquí os dejo esta anécdota para que vosotros mismos juzguéis. 


Comentarios

Entradas populares de este blog

Soñando con una especie de Trinidad

Sueño con un clon de Michelle Feiffer y su hija (del clon) impertinente