Los acentos

   El acento es algo por lo que se nos puede recordar. Cada persona tiene su acento. Éste se ve influido por su nacionalidad, su cultura, pero también por su propia personalidad. Algunas personas tienen en su habla una mezcla extraña de tonalidades y jergas que la hacen llamativa y difícil de identificar.

   Hablemos por ejemplo de Silvia Olmedo, nacida en España. Sin embargo, al haber pasado gran parte de su vida en México tiene un suave acento de allí, que incluye palabras y expresiones que pueden resultar incompresibles paras aquellos que no están habituados, y en los que a veces me incluyo. Su acento se convierte así en algo simpático y encantador.

    
En la diversidad está el color
   Los argentinos tienen un acento encantador, musical y meloso.  Aunque reconozco que puede aburrir escucharlos durante mucho tiempo, sobre todo si son de Buenos Aires, en los cuales se hace más evidente. Sin embargo, suele pasar que nos acostumbramos a las cosas y solemos dejar de sentirlas plenamente. Cuando escucho a mi amiga argentina ya apenas noto su acento, al principio lo apreciaba con más detalle. Sus expresiones y palabras, en cambio, siempre me han llamado la atención, vereda, cuadra, cancha, remera, dale, qué onda. Las plicas de las figuras musicales eran entonces "rashitas". Los chilenos me recuerdan mucho en su forma de hablar a los argentinos, aunque con un tono más moderado y algunas expresiones cambiadas. Me recuerdan también, sin ánimo de ofender, a una persona con la nariz taponada por constipado. El colombiano Juan Diego Gómez Gómez, al que podéis ver en sus vídeos de Invertirmejoronline, tiene un acento que me resulta como poco curioso, siempre en el buen sentido de la palabra. Poco a poco una se va haciendo a nuevos colores y tonalidades. En nuestro cerebro se van registrando nuevos matices, aprendemos sin darnos cuenta a reconocer y distinguir acentos, colombiano, venezolano, cuando antes nos parecía que todos los latinoamericanos hablaban igual y sólo resaltaban argentinos y mexicanos. En la diversidad está el color.

   De igual forma, en una misma comunidad puede haber muchas variantes. En la región de Murcia podemos distinguir singularidades en sus habitantes, según de la población que sean, resultando especialmente llamativos a mi modo de ver, o mejor dicho, de oír, los habitantes de Molina de Segura, con sus formas de mezclar ahí, y ay o hay.

   Por otra parte también los gallegos tienen un acento que llama mi atención, a la misma vez dulce y basto, con musicalidad. Puede llegar a resultar muy cariñoso si se utiliza con ternura.

   Los portugueses tienen un acento peculiar que a veces mezclo con el italiano. Me gustan lo capítulos en los que Sira Quiroga se adentra en Lisboa, pues me resultaba bonita y poética la forma de hablar de los personajes que allí vivían. como Manuel da Silva, Beatriz Oliveira, su secretaria, y Joâo, el cochero. En los momentos en los que hablan el idioma propio estas características brillan aún más.

   Afinad el oído, no os paséis con el volumen y aventuraos a conocer más hablas y acentos. Nos queda mucha música por descubrir.

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