Aventuras en el día a día

Ayer fue un día completito. Mañana y tarde playa. Bañitos, tumbarse en la arena con el ruído de las olas como banda sonora, comer con los amigos. Nos adentramos por las rocas y visitamos una isla cercana, saltando y trepando como cabras montesas, con el sol en lo alto. Cangrejos, erizos y pececitos que querían picarnos en los pies y en la tripa.


Por la noche, observación de la lluvia de estrellas de las Perseidas, o Lágrimas de San Lorenzo, tras una charla informativa, en el Centro Astronómico, que no terminábamos de saber si trataba sobre astronomía o gastronomía, cuyo simpático orador se llamaba, si no recuerdo mal, Andrés. Hablaba mucho de bolas de helado, trocitos crujientes y guarniciones, entre otras comidas. Unas 8 ó 10 estrellas avistadas por mi amiga y por mí, y un deseo pedido por cada una de ellas. A la quinta estrella aproximadamente ya no sabíamos qué pedir y pasamos a la categoría de los caprichos. Con tantos deseos vamos a rebosar alegría en el tiempo venidero. También le puse la canción del momento a cada cosa que nos ocurrió, haciendo de banda sonora, pues con música todo marcha mejor.




Conecta con la naturaleza y los regalos de la vida en cada uno de tus días.

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